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hace 2 años
Selección Nacional

Gustavo Alfaro amplía su legado con "Cazadores de Utopías Imposibles", su libro (EDITORIAL)

Gustavo Alfaro 21

El rafaelino deja un documento histórico y único que se suma a la clasificación de La Tri para Qatar 2022

Gustavo Alfaro es un hombre que se metió en el corazón del aficionado ecuatoriano. EL ser humano se ha impuesto a lo que pasa dentro del rectángulo de fútbol en su caso, aunque sin duda alguna un proceso amigable, y con resultados, ha ayudado.

Jueves 15 septiembre de 2022. Es la fecha en la que el seleccionador nacional ha impreso un legado más dentro de la que ha sido su estadía en el Ecuador. Si habernos llevado a la Copa Mundial de Qatar 2022 no era suficiente, el argentino, de Rafaela, deja una obra que retrata a los “Cazadores de Utopías Imposibles”, como lo ha titulado. Tite, el seleccionador del temible Brasil, fue quien le ofrendó la redacción de su prólogo.

 

A priori se podría pensar que el título redunda. Sí, pero en el fútbol se vale, y mucho más cuando regresas en el tiempo o te inmiscuyes en sus páginas, y recuerdas que Alfaro llegó a nuestro país con treinta días y piquito previos, antes de parar su primer once para el proceso de Eliminatorias Sudamericanas; contra su Argentina, con Lionel Messi en cancha y en La Bombonera. Nada fácil. Entonces sí hablamos de una “utopía imposible”. Pero se pudo.

 

Emocionado, en medio de un ambiente más bien familiar. Antónimo de los tumultos que significan sus apariciones cuando de hablar de La Tri se trata, Gustavo contó los orígenes de su decisión. Lo emboscó su hija, quien le recordó el día en que dijo que para escribir un libro, primero debía tener una historia linda que contar. La tuvo, y su cría no se lo perdonó. Entonces, en el camino, y aunque él no lo sabía, cayó en la trampa de uno de sus hombres de confianza, quien maneja su agenda. Sólo por preguntar, hizo referencia al señalamiento familiar, sin saber que ya estaba todo arreglado, sólo para que empiece a contar la historia con la editorial que se haría cargo.

 

Gustavo Alfaro vio pasar por videos a personas queridas. La intención era que ellos cuenten la historia y en algunos casos, como ocurrió con sus hijas cuando ya no pudo contener el llanto de orgullo, para leer capítulos del libro; despertando un apetito voraz por deglutir sus páginas en quienes tuvimos la suerte de estar presentes en un momento de historia para nuestro fútbol. Logros deportivos no nos sobran, pero algo hay; obras de esta naturaleza, bien podría decirse que ser la primera.

 

Al ser consultado sobre lo que visualiza después de haber “cazado una utopía imposible” por este medio, tomando en cuenta que eso parece ser el fin, el profe contestó, “Yo digo que cuando llega el momento en que mis hijas leen, es algo que ya escapó de mis manos. Si nosotros entendemos que los problemas del fútbol ecuatoriano están resueltos por haber clasificado nos equivocamos. Estamos ante la posibilidad de tener un grupo de jugadores con más futuro que presente, y que dependerá del proyecto y del objetivo que queramos darle. Lo digo por todas las personas que están sentadas aquí, que hay compromiso por ayudar a que el fútbol ecuatoriano siga creciendo; es un desafío que tenemos. No hay nada que nos enfoque más que la Copa del Mundo, jugar el mejor torneo de la historia es una ilusión, no una realidad. Desde el partido con Argentina en Guayaquil, ya comenzamos a jugar el Mundial. Nuestras ambiciones, como les digo a mis jugadores, tienen como límite el cielo. Los caminos hacia abajo no conducen a la cumbre, y nuestra meta es la cumbre”.

 

La generosa repartición de firmas y fotografías con los presentes, un momento que valió para que el profesor reciba el agradecimiento y el valor que se merece, fue el cierre de un momento que se espera sea la piedra fundamental de muchas más obras que tiren para arriba a nuestro fútbol, intelectualmente hablando. Ocurrió después de palabras de un emocionado Francisco Egas, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, quien salió de los convencionalismos y agradeció, también entre algunas lágrimas, porque según su pensamiento, la obra también le permitirá recordar para siempre su paso en un cargo picante; jodido y del que se supone haya ingratitud.

 

Gracias. Gracias. Gracias. Gracias por el Mundial. Gracias por la genuinidad. Gracias por la clasificación. Y gracias por un libro, que es mucho.

 

Luis Alberto Otero Hurtado.

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