“Que en vez de ir a México, elijan Brasil, Argentina y de ahí, a Europa” (ENTREVISTA)
Cristhian Noboa les deja un consejo a los futuros seleccionados de Ecuador para que puedan dar el “salto de calidad”
Entrevistado por la cadena internacional ‘ESPN’, Cristhian –el ‘Zar Guayaquileño’- Noboa, confesó que si les podría dar un consejo a los futuros seleccionados ecuatorianos, sería que en vez de irse a la millonaria Liga Mexicana, prefieran otras con mayor nivel competitivo como las ligas de Argentina y Brasil, para luego dar el salto a Europa.
Referente del fútbol ecuatoriano en el Viejo Continente, siendo reconocido como uno de los mejores jugadores extranjeros de la Liga Rusa en las últimas décadas, el Zar Guayaquileño se sinceró sobre varios aspectos de su carrera y el fútbol ecuatoriano, dejándole un importante consejo a la nueva generación de jugadores.
La entrevista de ‘ESPN’ a Cristhian Noboa:
Christian Noboa, con ESPN.com: "Me encantaría disfrutar de Emelec pero las circunstancias de la vida ahora son otras"
Christian Noboa, jugador de la Selección de Ecuador, habló en exclusiva con ESPN.com. El experimentado mediocampista, que lleva 13 años en Rusia, contó como vive en Sochi, la ciudad de su nuevo club, aconsejó a las jóvenes promesas ecuatorianas, a partir de su experiencia en el fútbol europeo y habló de las posibilidades de retirarse con la camiseta de Emelec. Además, hizo un análisis crítico del rendimiento de la Selección tras la Copa América y mostró sus deseos de ser titular en el equipo nacional.
-Pasaste prácticamente toda tu carrera en Rusia, ¿te sentís muy adaptado al lugar?-
Sí, ya conozco el medio. Después de 13 años hablo ruso, lo entiendo, lo leo, lo escribo. Es un idioma muy complicado, usan símbolos, no letras, complica bastante. De todos modos, Sochi es una ciudad muy turística. Se escucha hablar en español, inglés, francés, italiano.
-¿Cómo es la vida en Sochi, a comparación con el resto del país?
-Estuve en Moscú, luego en Kazan, en Rostov, San Petersburgo y ahora en Sochi. Las cinco ciudades son espectaculares, pero la que más me gusta es Sochi. Por la ciudad en sí, por las cosas que tiene. Podés ir a la montaña en 40 minutos y tienes nieve. Vivo frente al mar y la temperatura suele ser de 30 grados. Entre noviembre y marzo es más frío pero hay 5 grados. No como Moscú o Kazan que llegas a -30 o -40. Tienes vuelos cortos a toda Europa. Mejoró mucho la calidad de vida aquí. No parece que estoy en Rusia.
-¿Cómo fue este tiempo de pandemia en lo personal y en lo profesional?
-Al principio duro, mucha preocupación por nuestros familiares. Pero acá la pandemia fue muy diferente a lo que fue en el resto del mundo. En marzo, abril y mayo fue cuarentena pero ya en julio vida normal, no más mascarilla, bares, estadios y discotecas abiertas. Sí se cerró totalmente Rusia, cerraron las fronteras. Ahora se ve un pequeño retroceso por la variante Delta. La semana pasada Sochi empezó a vender tickets para el partido por Conference League, y el día previo dijeron que no se jugaba con hinchas.
-¿Y en la preparación del equipo, cómo los afectó el coronavirus?
-Como ciudad y como equipo solo tuvimos 2 semanas parados en 2020. Luego de eso comenzamos a entrenar, porque hubo pocos casos. Empezamos a entrenar con todos los recaudos. Al final del campeonato, en agosto o septiembre, nos agarró a todo el equipo. La mayoría sin síntomas, algunos con temperatura y malestar, pero lo pasamos todos rápido. Yo tuve pesadez, debilidad, vómitos y diarrea y perdí olfato y gusto por dos semanas. Pero me repuse bien.
-Pese a la distancia, ¿seguís lo que sucede en la LigaPro?
-La veo por los resultados, nomás. Sigo a Emelec, ahora que ganó la etapa. Me preocupo por ver que Emelec esté ahí arriba. Ver los partidos en sí es muy complicado, porque suelen jugar a las 17 y acá son la 1 o 2 de la mañana y tengo que dormir, entrenar a la mañana y se me complica. Pero veo los resultados.
-¿Estás demasiado cómodo en Rusia como para pensar en volver a retirarte en Emelec?
-No es que no lo piense. Cuando tenía 27 o 28 años, en mi cabeza pensaba: ‘Llego al Mundial de Rusia con 32 y me retiro, regreso a Ecuador y juego hasta los 33 o 34’. Había nacido mi primer hijo, estaba casado con una rusa, y todos los días sentía esa emoción de querer volver. Pero con el pasar de los años las circunstancias se van modificando. No clasificamos al Mundial, me divorcié, mis hijos se quedaron acá. Irme a Ecuador significaba dejarlos. Además, firmé con Zenit por 3 años y vino la oportunidad del Sochi. Ahí uno pone varias cosas en la balanza. Quisiera retirarme en Emelec, ese es un sueño de mi carrera, pero lo más importante son mis hijos. Me encantaría ir allá y disfrutar de Emelec pero las circunstancias de la vida ahora son otras.
-Igual, la carrera del futbolista se alargó hoy en día, ¿en Rusia también es así?
-Sí, antes veías que a los 32 ya se iban retirando no porque quisieran sino porque ya no podían. Ahora el jugador se cuida más, se recupera mejor. Piensa más de manera profesional, no de salir de noche. Al menos yo lo disfruto, disfruto entrenar, jugar, las previas, el partido, la recuperación. A mi me encanta. Ahora muchos siguen jugando a los 33 o 34 y los clubes los siguen buscando. Y firman contratos por unas sumas que antes eran imposibles. Hoy la experiencia está por encima de la juventud.
-Tus 13 años en Rusia, ¿se explican por tu familia o por lo que descubriste y aprendiste ahí?
-Cuando llegué al Rubin Kazan mi idea era establecerme 2 o 3 años en Rusia y dar el salto a otra liga europea. Pero con el correr de los años iba mejorando y los contratos iban creciendo y empezaba a darme cuenta de la vida que tenía aquí. Cuando pasé del Rubin al Dinamo (en 8 millones de dólares) tuve propuestas de Inglaterra, de España, inclusive de Alemania, pero ninguna alcanzaba la oferta del Dinamo. Entonces dije: ‘Irme de un lado a otro para trabajar más, correr más y ganar menos. No necesito eso, tengo una vida tranquila, un buen contrato, vacaciones en diciembre-enero y en mayo-junio, juego Champions, Eliminatorias y Mundiales con mi Selección’. Entonces firmé con el Dinamo, estaba más tranquilo, estaba en Moscú, mi familia es rusa.
-¿Es habitual una decisión así en el fútbol actual?
-Muchos podrán opinar que no era ambicioso o que estaba cómo en una zona de confort. La verdad es que jugué Champions League, Europa League, Mundial, Eliminatorias, fui campeón, lo jugué todo. Le ganamos al Barcelona, le ganamos al Bayern con goles míos. Ahora en Sochi entramos por primera vez a una competición europea. Son cosas que hacen que me de alegría haberme quedado porque pude marcar historia en todos los equipos donde estuve.
-En algún momento mencionaste que hacía falta que más ecuatorianos estuvieran en Europa, ¿cómo lo ves ahora?
-Ahora falta continuidad. No es lo mismo estar que jugar. Hoy por hoy están montones. Jugando creo que 3 o 4. Esa es la gran diferencia. Todos queremos hacer lo que hizo Antonio (Valencia). Es el ejemplo a seguir: estar 10 años en Manchester United y jugar siempre. Eso es un logro de verdad. Hay muchos jugadores que han llegado, ahora toca mantenerse, dar ese paso para estar en la Selección o pasar a un club más grande. Eso es lo que cuesta. Ese pasito.
-¿Cuán difícil es adaptarse al fútbol europeo para poder jugar?
-Ir de Ecuador a Europa es un paso inmenso. Todos pasamos por esa etapa de adaptación, de ser joven, de no jugar. A mí me costó un año. Y a todos estos jóvenes les va a costar, pero sé que lo van a lograr. Conversando con ellos me di cuenta que la mentalidad ellos la tienen. Las ganas, la voluntad, ellos la tienen. Quisiera que en vez de elegir México como destino, elijan Argentina, o Brasil, y de ahí a Europa. Solo que a veces uno se pone de este lado y no en sus zapatos, de golpe México les da una oportunidad grande y ellos eligen ir, claro.
-¿Por qué pensás que le cuesta al ecuatoriano pisar fuerte en Europa?
-Tenemos las raíces muy metidas. Siempre queremos regresar con nuestras familias. Eso es lo primero. Pero además, el ecuatoriano no tiene muchas oportunidades. Ven a uno que se regresó y piensan que los demás van a ser iguales. Eso nos falta, que el mundo en sí confíe más en el ecuatoriano. Ahora que somos más los que estamos en Europa tenemos que mantener el nivel para que crean en nosotros. Porque el jugador ecuatoriano tiene mucha calidad y un tremendo poder físico.
-¿En la Selección te tocó aconsejar a tus compañeros?
-Por supuesto, a varios. Ahora convercé un poquito con Piero (Hincapié). Es difícil, es durísimo. Cambiar de idioma, de cultura, de país, pero le dije que no lo dude. Tiene que pensar en positivo y animarse. Lo hizo Moisés (Caicedo) con 18 años, es cierto que ahora no está en su mejor momento, no está jugando, no le fue bien en la Selección, o sea algunas cosas negativas, pero a todos nos pasó y les seguirá pasando en esta etapa de adaptación. Hay que aguantar. Eso nos da el carácter, la disciplina y, después, el logro, que va a valer el doble.